Los padres y madres de familia en la República Dominicana que no pagan el servicio de electricidad (se roban la luz) están enseñando con ese ejemplo a sus hijos ha robar cualquier asunto.
Miles de familia en este país tienen dinero para pagar fines de semana en los complejos turísticos, porque su dinero es útil para cualquier otro asunto, menos para pagar la luz.
Los impectores del robo de energía eléctrica deberían visitar de noche los distintos sectores de la provincia de Santo Domingo, en vehículos sin identificación y de sorpresa para que puedan identificar y luego atrapar en fragante delito a los ladrones de luz, quienes teniendo en sus edificaciones contadores eléctricos también se roban la luz usando cables que colocan de noche en las líneas matriz y los despegan muy temprano en el día.
Con esos cables esos ladrones suplen la energía que consumen sus aires acondicionados, los inversores y hasta las estufas eléctricas.
Entre los ladrones de energía hay familias que tienen viviendas suntuosas, carros, yipetas y televisores gigantes de última generación.
Se roban la luz no porque no la pueden pagar, sino porque son ladrones, conciente de que les están enseñando a sus hijos que “robar energía es bueno” y no una acción mala que perjudica las finanzas del Estado Dominicano.
