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2016/09/24

Cómo Su Sistema Inmunológico Ayuda a Dirigir Sus Interacciones Sociales

Cómo Su Sistema Inmunológico Ayuda a Dirigir Sus Interacciones Sociales

Por el Dr. Mercola
No es nada nuevo que el sistema inmunológico sea su primera línea de defensa en contra de las enfermedades. Curiosamente, investigaciones recientes sugieren que el sistema inmune también interviene en sus interacciones sociales.1 De hecho, los investigadores ahora creen que en realidad podría ser un factor que controla su comportamiento.
En el estudio mencionado, al bloquear una molécula específica del cerebro de un ratón, su cerebro mostró hiperactividad, lo que dio como resultado un comportamiento anormal, antisocial. Cuando restauraron la molécula, ambos problemas desaparecieron.

¿Es Su Personalidad Regida Por Su Sistema Inmune?

Los científicos creen que este descubrimiento podría tener “implicaciones enormes para los trastornos neurológicos como el autismo y la esquizofrenia”2
De acuerdo con Jonathan Kipnis, Ph.D, presidente del Departamento d Neurociencia y director del Center for Brain Inmunology en la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia (UVA):
“Se pensaba que el cerebro y el sistema inmune adaptativo estaban aislados el uno del otro, y cualquier actividad inmune en el cerebro era percibida como un signo de una patología.
Y ahora, no solamente mostramos que actúan estrechamente, sino que algunos de nuestros rasgos de comportamiento podrían haber evolucionado debido a la respuesta de nuestro sistema inmunológico a los patógenos.
Suena algo loco, pero tal vez somos un campo de batalla multicelular para dos fuerzas antiguas: patógenos y el sistema inmunológico. Parte de nuestra personalidad en realidad podría regirse por el sistema inmune."

Su Cerebro, Intestino y Sistema Inmunológico Están Relacionados

Kipnis formaba parte del equipo que justo el año pasado, descubrió que existe un enlace directo entre el cerebro y el sistema inmunológico.
Los vasos linfáticos que anteriormente no se conocían transportan células del sistema inmune en todo el cuerpo, parecido a los vasos sanguíneos que transportan sangre por el cuerpo, lo cual antes se creía que era imposible.
Cada vez queda más claro que el cerebro, sistema inmunológico y microbios intestinales están relacionados estrechamente, por lo que se afectan entre sí de manera sorprendente. El autismo, por ejemplo, está relacionado con problemas gastrointestinales y, muy probablemente, con una reacción exagerada del sistema inmune.
Las enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple (MS por sus siglas en ingles) y el Alzheimer también se han vinculado con la disfunción inmune, y las enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn comparten ciertos rasgos con enfermedades psiquiátricas.
No siempre fue claro cómo sucedieron dichas conexiones, pero ahora los científicos han descubierto tres piezas importantes que están interconectadas:
  • El eje intestino-cerebro (en investigaciones recientes, los científicos incluso fueron capaces de aumentar o disminuir el azúcar y la insulina en la sangre, así como aumentar o eliminar el hambre, con sólo activar y desactivar ciertas neuronas3)
  • La vía entre el sistema inmunológico y el cerebro
  • La influencia del sistema inmunológico en el cerebro y en el comportamiento
Además de eso, ahora sabemos que el microbioma también ayuda a controlar la expresión de genes, así que optimizar la flora intestinal, en realidad influye en los genes de manera positiva.

Cómo Influye el Interferón Gamma en el Cerebro y el Comportamiento

Regresemos al estudio mencionado, la UVA reporta que:4
“La relación entre las personas y los patógenos…podría haber afectado el desarrollo de nuestro comportamiento social, y así permitirnos involucrarnos en las interacciones sociales necesarias para la supervivencia de la especie, al mismo tiempo que desarrollábamos maneras para que nuestro sistema inmune pudiera protegernos de las enfermedades que acompañan esas interacciones.
Por supuesto, el comportamiento social es de interés para los patógenos, ya que les permite esparcirse."
La molécula inmune identificada como un factor “crucial" en el comportamiento social se le conoce como interferón gamma (G), una citoquina que normalmente produce el sistema inmune como respuesta a patógenos tales como virus, bacterias y parásitos. En el cerebro, el interferón G inhibe las neuronas de la corteza prefrontal.
Esto es normal y saludable. Si el interferón G no reprimiera estas neuronas, la corteza prefrontal podría trabajar en exceso, como sucedió con los ratones en el estudio. Cuando los investigadores bloquearon el interferón G en sus cerebros, los ratones se volvieron hiperactivos y menos sociales.

Las Interacciones Sociales y el Esparcimiento de Patógenos

En cuanto al porqué la misma molécula responsable de un comportamiento normal también se activa por los patógenos--lo cual sugiere que los patógenos podrían esparcirse más fácilmente entre personas--los investigadores sólo pueden especular. Como se reportó en The Atlantic:5
“Estábamos realmente fascinados sobre por qué esta molécula antipatógena tendría una función pro-social—eso en realidad no tiene sentido,’ dice Anthony Filiano…autor principal del estudio
… Juntarse en grupos hace que las enfermedades se esparzan con mayor facilidad. Si hablamos sobre la evolución, ¿Por qué es eso algo que el sistema inmune querría producir?
‘Si las personas tienden a esparcir enfermedades de manera natural, eso podría fácilmente dar como resultado la extinción de toda una colonia', [co autorVladimir] Litvak [Ph.D.] dice. ‘Así que usted tiene que tener una respuesta inmune muy fuerte.'
Tal vez el sistema inmune se activa cuando los animales socializan para protegerse contra un mayor riesgo de enfermarse."
Aunque es completamente una especulación, yo propondría otro mecanismo potencial. El cuerpo contiene 10 veces más bacteria que células, además de virus, los cuales a su vez superan en número a las bacterias 10 a 1.
En un decir, usted es un cuerpo de microorganismos que camina y habla, y estos organismos intervienen en una gran variedad de funciones regulatorias biológicas y bioquímicas.
Anteriormente se sugirió que la evolución humana podría en parte estar regida por la introducción de nuevos patógenos (y/o microorganismos benéficos) en nuestro sistema,6,7,8 y esta investigación parece respaldar la idea de que podríamos estar “programados” para compartir patógenos con otros en el grupo y esparcir inmunidad.
Así que en lugar de defendernos rotundamente contra las enfermedades, podría ser que al compartirlas con las personas en el grupo y generaciones subsecuentes, desarrollan inmunidad más fuerte o defensas en el sistema inmune, y/o agreguen nuevos microbios importantes en nuestra biología.

La Importancia de Tener un Microbioma Intestinal Saludable

Como se mencionó antes, los microorganismos que habitan en el intestino--conocido colectivamente como el microbioma del intestino--presiden sobre una gran variedad de funciones biológicas y están interconectados estrechamente tanto con el cerebro como con el sistema inmune.
Por ejemplo, investigadores en la Universidad de Los Ángeles, California (UCLA) encontraron que podían alterar la función cerebral y el humor de los participantes de manera benéfica al proporcionarles probióticos (bacterias saludables).9
La bacteria intestinal también influye en el sistema inmune. El biólogo Sarkis Mazmanian10 cree que la bacteria es capaz de entrenar al sistema inmune a distinguir entre microbios “ajenos” y entre aquellos que se originan en el cuerpo.
Su trabajo es sentar las bases para nuevas terapias que utilicen probióticos para tratar una variedad de enfermedades, particularmente enfermedades autoinmunes como MS y Alzheimer.
Los investigadores también descubrieron que la ausencia o presencia de microorganismos intestinales durante la infancia altera la expresión genética.11 A través de los perfiles de los genes, han podido discernir que la ausencia de bacteria intestinal en los ratones alteró los genes y las vías de señalización que intervienen en el aprendizaje, memoria y control motriz.
Esto sugiere que la bacteria intestinal está estrechamente relacionada con el desarrollo temprano del cerebro y con el comportamiento subsecuente. Estos cambios de comportamiento pueden revertirse siempre y cuando los ratones hayan sido expuestos a microorganismos normales al principio de sus vidas.
Pero una vez que los ratones libres de gérmenes llegan a la edad adulta, colonizarlos con bacterias no influye en su comportamiento.

La Bacteria Intestinal y El Síndrome de Fatiga Crónica

Investigaciones recientes sugieren que la bacteria intestinal también podría intervenir de manera importante cuando se trata de abordar el síndrome de fatiga crónica (CFS por sus siglas en inglés). Según Maureen Hanson, Ph. D., autora principal del estudio en cuestión, los pacientes con CFS tienen “un perfil de bacterias diferente en el microbioma intestinal que las personas saludables."12
No es sorprendente que, todos los pacientes con CFS tenían más especies de bacterias conocidas por propiciar la inflamación, y menos bacterias que ayudaran a combatirla. Aquellas personas con CFS también tenían menos diversidad de bacteria que quienes estaban sanas.
Dicho esto, no todos los pacientes con CFS tenían microbiomas drásticamente anormales. Algunos eran “bastante comunes", aunque aún batallaban con síntomas de CFS. Así que aunque la microbiota intestinal parezca formar parte de la disfunción, es improbable que sea la única causa.
Además de sugerir tratamientos potenciales con el uso de probióticos, lo cual todavía tiene que investigarse, este estudio también indica que usted podría ser capaz de hacerse la prueba del microbioma como una herramienta de diagnóstico. Como se reportó en Medicinenet.com:13
“Al utilizar los hallazgos del microbioma, los investigadores dijeron poder clasificar correctamente si el 83% de los voluntarios del estudio tenían CFS o no. Si estos hallazgos se confirman en un estudio más grande, los autores sugieren que el microbioma intestinal podría utilizarse como una prueba adicional para determinar si es probable que alguien padezca CFS.”

Cómo Optimizar Su Flora Intestinal

Si consideramos el hecho de que un estimado del 80% del sistema inmune se localiza en el intestino, nutrir y poblar regularmente el estómago con bacteria saludable es importante para la prevención de prácticamente CUALQUIER enfermedad, desde gripe a cáncer. Para lograrlo, recomiendo las siguientes estrategias:
Consumir alimentos reales y evitar los procesados y refinados: Es de suma importancia evitar todos los azúcares y granos, y mantener los carbohidratos netos (carbohidratos totales menos fibra) por debajo de 50 gramos al día. Puede utilizarhttps://cronometer.com/mercola/ como ayuda para vigilar el consumo.
Consumir alimentos fermentados de manera tradicional, sin pasteurizar: Los alimentos fermentados son la mejor alternativa para obtener una salud digestiva óptima, siempre y cuando consuma los que se realizan de manera tradicional, es decir las opciones sin pasteurizar.
Algunas de las bacterias benéficas que se encuentran en los alimentos fermentados también son excelentes quelantes de metales pesados y pesticidas, lo cual también tiene un efecto benéfico en la salud al reducir la carga tóxica. Las opciones saludables son:
Vegetales fermentados de todo tipo (col, zanahoriascol rizada o kale, col y apio especiado con jengibre y ajo)
Lassi (una bebida India a base de yogur)
Leche fermentada sin pasteurizar como el kéfir o el yogur, pero NO las versiones comerciales, las cuales generalmente tienen cultivos vivos y están cargadas de azúcares que alimentan a la bacteria patógena.
Natto (soya fermentada)
Kimchi
Idealmente, debe alimentarse con una variedad de alimentos fermentados para maximizar la diversidad de bacteria que consuma. Los vegetales fermentados, los cuales son fáciles y económicos de preparar en casa, son una manera excelente de agregar bacteria benéfica al intestino.
Como bono, también pueden ser una gran fuente de vitamina K2, siempre y cuando los fermente con el cultivo iniciador adecuado.
Examinamos muestras de vegetales orgánicos de alta calidad fermentados hechas con nuestro cultivo iniciador, y una porción típica (alrededor de 2 a 3 onzas) contuvo 10 trillones de bacteria benéfica y 500 mcg de vitamina K2, la cual es un nutriente importante tanto para la vitamina D como para el calcio.
Tomar un suplemento probiótico de alta calidad: si no consume alimentos fermentados con frecuencia.

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